La columna vertebral es la región del cuerpo humano que se considera el eje de nuestro organismo. Se encuentra localizada desde la cabeza, a la cual sostiene, y desciende por el cuello y la espalda hasta llegar a la pelvis. La columna vertebral está formada por 33 vértebras que se encuentran articuladas una con otra formando una compleja estructura longitudinal resistente. Entre cada una de las vértebras se encuentran varias articulaciones y ligamentos. Una de estas articulaciones está formada por los discos intervertebrales que permiten el movimiento entre cada una de las vértebras y confieren flexibilidad a la columna vertebral así como estabilidad y amortiguación de impactos durante los movimientos normales del cuerpo.

La columna vertebral está formada por cinco regiones que se denominan:  cervical (en el cuello), torácica (espalda alta), lumbar (espalda baja), sacro y coxis (la parte más baja de la columna vertebral).

En el interior de la columna vertebral se encuentran la médula espinal y los nervios, los cuales se encargan de comunicar al cerebro con todas las partes del cuerpo humano permitiendo al mismo moverse, sentir y regular muchas otras funciones.

La columna vertebral interviene como un elemento de sostén y es uno de los factores que ayudan a mantener el centro de gravedad del cuerpo, permitiendo al ser humano desplazarse en posición de pie sin perder el equilibrio. Además proporciona protección a la médula espinal y a los nervios que se encuentran dentro de ella.

Las enfermedades y las lesiones de la columna vertebral se consideran como los padecimientos más complejos e incapacitantes que se pueden encontrar en la vida moderna. Una gran cantidad de personas padecen de una amplia variedad de enfermedades que afectan la columna vertebral tales como enfermedades asociadas al envejecimiento, lesiones, tumores, infecciones, deformidades, entre otras. Los síntomas varían según la enfermedad pero es común que se presente dolor y alteración en la función de los nervios. Muchas de estas enfermedades pueden ser tratadas sin necesidad de cirugía, pero otras requieren procedimientos quirúrgicos para su tratamiento óptimo.

La cirugía de mínima invasión es un campo que está cambiando la manera en que se realizan las operaciones en la columna vertebral

Cirugía de columna vertebral mediante mínima invasión

La cirugía de columna vertebral mediante mínima invasión es un campo relativamente nuevo que está cambiando la manera en que se realizan actualmente los procedimientos quirúrgicos en la misma. La cirugía convencional de columna vertebral (también llamada cirugía abierta) generalmente se realiza mediante una incisión grande, la persona operada debe de permanecer hospitalizada varios días después del procedimiento quirúrgico y tiene que esperar largo tiempo de recuperación antes de regresar a sus actividades normales de la vida diaria. A diferencia de la cirugía convencional o abierta, la cirugía de mínima invasión para la columna vertebral permite una pronta reintegración del paciente a sus actividades diarias, ya que ésta se realiza mediante pequeñas incisiones a través de las cuales se introducen equipos especiales para realizar el procedimiento.

La cirugía de mínima invasión requiere de equipos especiales que pueden consistir en retractores tubulares o endoscopios. Los retractores tubulares son tubos especiales que se introducen desde la piel hasta las vértebras a través de una o varias incisiones en la piel que miden 3 o 4 centímetros de largo y que permiten separar y retraer progresiva y delicadamente los músculos y los tejidos blandos sin necesidad de cortarlos; de esta manera se minimiza el daño a los tejidos. Una vez que se ha colocado el retractor tubular el cirujano utiliza instrumentos especiales y técnicas de microcirugía para realizar el procedimiento quirúrgico a través del tubo, lo cual puede incluir descompresión de nervios, extraer hernias de disco, colocación de injertos o prótesis como tornillos, barras, etc. según se requiera.

La otra opción para realizar cirugía de mínima invasión en la columna vertebral es vía endoscópica. Los endoscopios son tubos muy delgados que contienen una cámara y una fuente de luz que se introducen desde la piel hasta las vértebras por una o varias incisiones que miden 1 centímetro de largo. El endoscopio permite una vista interna de la columna del paciente y el cirujano observa la cirugía a través de un monitor e introduce instrumentos pequeños para realizar el procedimiento.

A diferencia de la cirugía mínimamente invasiva, la cirugía abierta de columna vertebral requiere de una incisión significativamente más grande así como disecar, cortar y movilizar los músculos de la espalda para abrir un espacio en el cual el cirujano puede realizar los procedimientos, tales como descomprimir nervios, extraer hernias de disco, colocar injertos o prótesis, etc. según sea necesario. Esta disección, sección y movilización de los músculos de la espalda genera daño a estos tejidos. Este daño muscular es el responsable del dolor después de la cirugía abierta que hace necesaria la administración de analgésicos que pueden tener efectos adversos. Además, el daño muscular generado por la cirugía abierta ocasiona la formación de cicatrices en los músculos y disminución de los nervios que actúan en ellos, lo que ocasiona debilidad y desgaste muscular que a su vez hace necesaria una recuperación prolongada antes de que el paciente pueda regresar a sus actividades diarias. Adicionalmente, el daño muscular se puede manifestar como dolor o fatiga crónica de los músculos de la espalda y puede limitar la función del paciente a largo plazo. Debido a esta lesión muscular asociada a la cirugía abierta de columna vertebral surgió la necesidad de desarrollar las técnicas de mínima invasión para minimizar el daño a los músculos.

 

Las técnicas mínimamente invasivas para la columna vertebral permiten disminuir el sangrado durante la cirugía lo que hace innecesaria una transfusión de sangre, originan menor dolor posterior a la cirugía lo que permite reducir la cantidad de analgésicos, reducen los días de estancia hospitalaria, permiten la reintegración más rápida del paciente a sus actividades de la vida diaria y a sus actividades laborales y, por realizarse a través de pequeñas incisiones, dejan cicatrices en la piel que en ocasiones son apenas visibles. Incluso algunas cirugías mediante mínima invasión se pueden realizar como procedimientos ambulatorios, es decir, que los pacientes son dados de alta a su casa las pocas horas después de la cirugía.

Todas las regiones de la columna vertebral (cervical, torácica, lumbar y sacra) son accesibles mediante técnicas de mínima invasión, sin embargo no todas las enfermedades de la columna vertebral pueden ser tratadas por estas técnicas innovadoras.

Algunas de las enfermedades que pueden ser tratadas mediante cirugía de mínima invasión son hernias de disco y compresiones de los nervios de las regiones cervical, torácica y lumbar, deformidades de la columna vertebral (como la escoliosis), desplazamientos de las vértebras (conocidos como espondilolistesis), enfermedades de la columna asociadas al envejecimiento (llamadas enfermedades degenerativas) y en algunos casos de fracturas, infecciones y tumores vertebrales. El campo de la cirugía de mínima invasión está evolucionando rápidamente y es factible que en un futuro cercano más enfermedades vertebrales puedan ser tratadas con técnicas de mínima invasión.

Utilizando técnicas innovadoras, tecnología de vanguardia y bases científicas, la cirugía de mínima invasión para la columna vertebral es segura y efectiva para el tratamiento de muchas enfermedades vertebrales

¿Qué médico debe de atender las enfermedades de la columna vertebral?

La selección del médico que debe de dar atención a la enfermedad vertebral del paciente es muy importante.

Las enfermedades de la columna vertebral son tradicionalmente atendidas por dos especialidades distintas: Neurocirugía y Ortopedia. En años recientes ha surgido la subespecialidad de Cirugía de Columna Vertebral. Esta subespecialidad consiste en un programa avanzado de un año adicional como mínimo en el cual el neurocirujano u ortopedista general recibe un entrenamiento riguroso en el campo de la columna vertebral, lo cual lo convierte en un médico especialista altamente experimentado y calificado para la atención de las enfermedades vertebrales.

Se ha demostrado que la subespecialización quirúrgica mejora los resultados de los pacientes en una variedad de procedimientos en diferentes disciplinas quirúrgicas y además presenta beneficio suficiente. De igual manera, se ha observado que los resultados exitosos después de cirugía de columna vertebral son significativamente mayores cuando este tipo de procedimientos son realizados por cirujanos que han realizado el entrenamiento de subespecialidad en Cirugía de Columna Vertebral, a diferencia de las cirugías realizadas por neurocirujanos u ortopedistas generales.

Por lo anteriormente mencionado, es recomendable que el especialista que atienda las enfermedades vertebrales sea un neurocirujano certificado que además haya realizado la subespecialidad en Cirugía de Columna Vertebral y que haya recibido entrenamiento en cirugía de mínima invasión.

La columna vertebral puede ser afectada por una gran variedad de enfermedades tales como:

1. Hernias de disco intervertebral

2. Lesiones Traumáticas

Traumatismos tales como esguinces, luxaciones, fracturas o lesiones de la médula espinal.

3. Enfermedades degenerativas

Enfermedades asociadas al envejecimiento como estenosis del conducto vertebral, enfermedad discal degenerativa, espondilolistesis, síndrome facetario.

4. Tumores Vertebrales

5. Deformidades Vertebrales

Escoliosis o cifosis en niños, adolescentes y adultos.

6. Infecciones Vertebrales

Osteomielitis vertebral o abscesos.

7. Enfermedades congénitas

Escoliosis, mielomeningocele, etc.

8. Síndrome de cirugía de columna lumbar fallida

Escoliosis, mielomeningocele, etc.

9. Enfermedades de la médula espinal

Malformaciones vasculares, siringomielia, tumores, etc